Fin del mundo

El cielo se tiñe de sangre,
los mares inquietos están,
el suelo,como con frío tirita.
Presagio de la ultima masacre.

Incrédula contempla  la gente
como lágrimas de sangre llora el cielo
y el mar arropa al tembloroso suelo,
cuya sangre caliente de su seno surge.

El aire arrastra gritos y lamentos,
revelandose, lo que antes daba ahora quita
todas las personas rezan y al cielo gritan
ateos o creyentes,ahora arrepentidos.

En un arrebato final del planeta,
se extingue cualquier tipo de vida.
El silencio es ahora la banda sonora,
no se repite toma,no suena la claqueta.

El mundo ha sido destruido,
sin crédito en este juego
que llamábamos vida.
Los mayas nos lo habían avisado.

Odio

Golpes,rabia,insultos,gritos
contra todo objeto u objetivo
nada tiene sentido,te vuelves impulsivo
y de pronto del odio te vuelves cautivo.

Ojos rojos como el fuego,
ojos, que son temidos.
Odio,que posees y del que eres poseído,
eres una ficha en su tablero de juego.

Agotado...Dentro no queda nada
vuelves en sí con sutileza
tu consciencia ha sido desplazada.

Como una ley de la naturaleza,
tras la tormenta no viene la calma,
cuando te deja el odio,llega la tristeza.

Circulo vicioso

Suena un cuerno,comienza la batalla.
Las nubes rugen mientras lloran,
se tensan los arcos en lo alto de la muralla,
aldeanos asustados en sus casas moran.

Un grito en el silencio,como ola en el mar,
como una enorme avalancha
que es muy difícil parar.
Se encuentran los hombres,comienzan a luchar.

El sonido de las espadas
que se va con el viento
que rompen las flechas
provocando ruegos y lamentos.

El suelo se nutre de sangre
arrevatando lo vivido
a hombres que en esta masacre
van cayendo en el olvido.

Solo queda un ganador
al que le pesa lo perdido
una victoria por la muerte
de seres queridos y amigos.

Al fin se acaba la batalla,
la paz llega a todo hogar,
hay que reparar todo daño
y vuelta a empezar.